Escocismo de Bolivia

diciembre 15, 2018

SIMBOLOGÍA SATURNALIA

INTRODUCCIÓN

En el presente trabajo revisaremos como ha acontecido la transformación en el tiempo de las fiestas romanas conocidas como saturnales hasta llegar ser la fiesta del nacimiento de Jesús o natividad como hoy lo conocemos. Analizaremos los símbolos más relevantes que la acompañan, así como su origen y significado y de ésta manera llevar a espacios de reflexión que nos ayuden a lograr una experiencia consciente y profunda de lo que significa ésta celebración.

LAS FIESTAS SATURNALES

Las Saturnales, era fiestas paganas que celebraban los romanos en honor a Saturno,el dios de la agricultura y la cosecha, originalmente transcurrían entre el 17 y el 23 de diciembre, coincidiendo con el solsticio de invierno. De acuerdo alas leyendas, fueron establecidas en memoria de la libertad, igualdad y la paz sin fronteras que reinaron en la tierra durante la permanencia de Saturno en ella, cuando desterrado de los cielos fue acogido por Jano, gobernante de Lasio, época también conocida como la Edad de Oro. Rebold en su tabla cronológica coloca su origen en el año 480 A.C., atribuyendo su institución a los cónsules Sempronio y M. Minucio, que hicieron construir dos templos, uno dedicado a Saturno y el otro a Mercurio, obras notables del arte que fueron ejecutadas por los colegios de constructores romanos.

Éstas fiestas se caracterizaban por los regalos, los juegos, las comidas excesivas,el consumo exagerado de vino, las costumbres licenciosas, se abrían las puertas de las cárceles para muchos presos, se otorgaba libertad temporal a siervos y esclavos y las relaciones sociales se invertían, así los señores servían la mesa a los esclavos y sufrían por mano de éstos la suerte que habitualmente les destinaban. Sus prácticas siguieron apareciendo en la misma época del año a lo largo de la Edad Media y del Renacimiento.

EL CULTO AL SOL INVICTO (SOL INVICTUS)

Otro culto importante en el imperio romano, era el que se realizaba para el Sol invicto. Fue el emperador Aureliano, en el año 274, quien lo instauró,destinando un templo exclusivo con Pontífices propios, al que pertenecían los principales personajes del Estado. Su fiesta se celebraba con juegos cada cuatro años el 25 de diciembre. Esta divinidad fue muy bien aceptada en todos los rincones del Imperio, su carácter era universal y permitió que todos los habitantes tuvieran un solo dios al que rendir culto, desembocando en un monoteísmo que preparó la aceptación del cristianismo.

Según muchos historiadores, la Iglesia católica, al situar la celebración de la Navidad el 25 de diciembre, día del solsticio de invierno para los romanos y del nacimiento de este nuevo dios solar, aprovechaba el carácter sagrado de la fecha señalada para la mayor parte de la población del Imperio, reconduciendo su simbolismo y sentido religioso hacia el propio credo cristiano a la par que procuraba de este modo desarraigar la solemnidad pagana de las vidas de los fieles.

En refuerzo de esta hipótesis existe un resto arqueológico de considerable importancia, un mosaico elaborado a finales de la tercera centuria, aparecido en el techo de una tumba de una de las familias llamada Julia, y ahora conservado en la necrópolis que hay bajo la basílica de san Pedro en Roma. Pese a que no existe ninguna inscripción asociada al mosaico, o en la propia obra realizada, los arqueólogos italianos lo han denominado «Christo Sole», o el Cristo Sol, pues representa a Jesús como si se tratase del dios griego solar Helios, esto es, conduciendo un carro a través de los cielos y tocado con una diadema de rayos de luz emanando de su cabeza. Los investigadores consideran imposible que se trate de una mera coincidencia, y menos aún cuando este pavimento se fecha a finales del siglo III, momento en el que el emperador Aureliano se encuentra instaurando el culto al Sol Invicto. Más bien lo consideran un medio de combatir al emperador y su nueva devoción, abogando por la identificación del día del nacimiento del dios Sol con la fecha del nacimiento del Hijo de Dios.

El primer documento auténtico, y por tanto históricamente contrastado, en el que aparece la fecha del 25 de diciembre es la Depositio Martyrum, o «Los enterramientos de los mártires», un intento de calendario litúrgico, ilustrado por el calígrafo Furio Dionisio Filócalo, hacia el año 336. La notación dice así: “25 Diciembre: Nacimiento del Sol Invicto. Nace Cristo en Belén de Judá».

También san Ambrosio (340-397), obispo de Milán, en su obra De Virginibus («Sobre las vírgenes» III 1), escrita en el 376 hace referencia a un sermón del obispo de Roma Liberio (352-366), predicado en san Pedro en el año 353, con ocasión de lavelatio —toma del velo por parte de las religiosas—. En la homilía Liberio hace referencia al día del nacimiento del Salvador como el 25 de diciembre.

Sea como fuere, lo cierto es que el vigésimo quinto día del último mes del año se confirmó como el de la celebración de la Navidad. Fue el obispo de Roma Julio I(337-352) el que fijó, para la Iglesia de Oriente, la solemnidad citada en esta fecha en lugar del 6 de enero, tal y como lo hacían al festejar la Natividad junto con la Epifanía. Años más tarde, en el 354, su sucesor Liberio (352-366)designó el 25 de diciembre como fecha oficial e inmutable, solucionando así un problema que había surgido tiempo atrás y que había llegado a preocupar hondamente a la jerarquía cristiana, pues en el siglo III las comunidades habían llegado a manejar más de ciento treinta fechas diferentes para conmemorar el magno acontecimiento.

A partir del reconocimiento de ésta fecha, muchos elementos simbólicos han sido incorporados, dando forma a la celebración que hoy conocemos. A continuación,se realizará una descripción breve de todos aquellos que se ha escogido como más relevantes, en cuanto a su origen y significado.

EL PESEBRE

Del primer elemento que se tiene data es el Pesebre, fue a partir del siglo VII,cuando el papa Teodoro I (642-649) hizo traer de Belén los restos de las tablillas que se conservaban como reliquias del pesebre, depositándolos, en parte, en la basílica de Santa María la Mayor, en Roma. Desde esta misma fecha y a lo largo de toda la Edad Media, el Pesebre se hizo indispensable en todas las iglesias, abadías y catedrales de la cristiandad durante el tiempo de Navidad. Sus formas eran variadas, podía tratarse de simples troncos huecos de abeto, o auténticos pesebres en los que no está claro si ya se depositaban o no representaciones del Niño Dios.

Algunos estudiosos de las tradiciones señalan la importancia del material del que estaba elaborado el pesebre, la madera, ya que, para muchas de las culturas antiguas no cristianas, la madera tenía un carácter místico. La creencia en el Árbol de la Vida era común a todas las tradiciones anteriores, así como la asociación de la madera con un símbolo de vida. En el hemisferio norte, la llegada del solsticio de invierno, muy próximo a la celebración de la Navidad,apagaba la vitalidad de la naturaleza, acortando los días y sumiendo la existencia en las sombras. Era entonces cuando los leños cobraban un sentido pleno, al proporcionar gracias al fuego, luz y calor y anticipar el renacer dela naturaleza en primavera y el rebrote de los árboles.

EL NACIMIENTO

La representación del nacimiento se atribuye a San Francisco de Asís, quién la organizó el mes de diciembre del año 1223. Tal como lo relata el religioso franciscano y biógrafo Tomás de Celano:

“Había en aquel entorno un hombre bueno y de vida piadosa, al que san Francisco apreciaba mucho, ya que a pesar de ser noble y muy estimado por todos, era sencillo y apreciaba mucho la humildad del espíritu. Dos semanas antes de Navidad, san Francisco, como hacía con frecuencia, le llamó para decirle: «Si quieres celebrar el nacimiento de Jesús en Greccio, haz lo siguiente: Quiero representar al Niño nacido en Belén para que pueda verse con la pobreza que nació, por la falta de las cosas necesarias para un recién nacido, cómo fue puesto entre una mula y un buey”.

Tomás de Celano, Tratado de los Milagros

El noble en cuestión, Giovanni Vellita, preparó aquello que Francisco le había solicitado, disponiendo en una gruta o establo un buey, una mula y un pesebre con paja, en el que se recostó una imagen de madera del recién nacido. Una joven pareja, ataviada para la ocasión, hizo las veces de José y María,mientras que los campesinos representaron a los pastores, ángeles y Magos.Convocado el pueblo de Greccio a este lugar, aquella noche del 24 de diciembre,para celebrar la Misa del Gallo, comenzó la ceremonia, y un san Francisco emocionado por la contemplación de aquello que tantas veces había imaginado, la humildad de la encarnación del hijo de Dios, predicó enternecido, transmitiendo sus sentimientos a los presentes. Según cuenta Celano en su historia, en un momento determinado de la predicación, el santo de Asís tomó la imagen del niño en sus brazos, cobrando esta vida y naturaleza humana al instante y durante unos momentos. Los presentes, sobrecogidos, contemplaron el milagro y divulgaron rápidamente la noticia del mismo por las poblaciones vecinas.

Los fieles, al conocer el prodigio, concluyeron que Dios había manifestado su deseo de ser adorado, también a través de representaciones e imágenes. Y así, ya en el siglo XIII, comenzaron a elaborarse figuras navideñas que habrían de ocupar,tanto en templos como en hogares, un lugar privilegiado.

LA MULA Y EL BUEY

En representación del nacimiento, vemos al asno y al buey, que fueron escogidos en base a la sagrada escritura:

“El buey conocerá su dueño y el asno el pesebre del Señor. Israel no conoce, mi pueblo no discierne”

Isaías 1, 3

La mula, animal estéril y terco por excelencia, encarnó al pueblo de Israel, aquel que desde la perspectiva cristiana fue incapaz de reconocer al Mesías aun habitando entre ellos, y le llevó a la muerte. De aquí el que la mula, en las representaciones propias de este tiempo, frecuentemente negase su aliento al Niño Dios, comiese la paja del pesebre que le servía de acomodo o incluso apareciese mordiendo al pequeño. En contraste con esta, el buey, bruto de condición mansa, trabajadora y obediente, personificaba a la Iglesia, que se inclina y sirve a su Señor, por lo que el animal aparecía protegiendo al Niño,ofreciéndole su cálido aliento.

VIRGEN MARÍA

La Virgen María, era representada con juventud y majestuosidad, como muestra de la belleza de su alma. Podemos decir que antes del siglo XIV, María aparece postrada, indicando así que el parto acaba de tener lugar. A partir de estas fechas, y en buena medida gracias a las revelaciones de santa Brígida de Suecia(1303-1373), que incidiendo en la aceptada virginidad de María, había declarado que el alumbramiento de Jesús se había producido con limpieza, es decir, sin dañar la pureza de su madre, la postura de la Virgen se modificó y pasó a dominar la actitud orante o contemplativa de su hijo, que se halla recostado en el manto materno.

JOSÉ

Sobre el personaje de José se sabe muy poco, lo que dicen las escrituras al respecto es:

“En el mes sexto fue enviado el ángel Gabriel de parte de Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de nombre José, dela casa de David; el nombre de la virgen era María.”

San Lucas 1, 26-27

La primera de las características que llaman la atención de san José es su avanzada edad, más aún en comparación con su esposa María. Estas imágenes hunden sus raíces en el mundo bizantino, y en la propia Edad Media, y pese a que en realidad no se conocía, ni entonces ni hoy, la edad real del carpintero de Nazaret, su representación avejentada conllevaba una intención clara:demostrar que este anciano no podía ser el padre biológico de Jesús, dada ya su avanzada edad.

Ahora bien, hacia finales de la Edad Media, nuestro personaje varió sustancialmente,y presentó actitudes más activas, serviciales y que evidenciaban su aceptación del misterio de la Encarnación. Así, en determinadas representaciones, mientras María permanece junto al Niño, en actitud contemplativa, José prepara sopas al pequeño, lava las sabanillas del mismo, realiza tareas domésticas o incluso llega a trocear sus propios pantalones con el fin de hacer de ellos pañales para el recién nacido. Su retrato, en algunos momentos descalzo, indica una comprensión total de lo que en el establo está aconteciendo, y ante el momentos agrado que vive, actuando como lo hizo Moisés en presencia de Yahvé: «No te acerques aquí; quita las sandalias de tus pies, porque el lugar en que estás es tierra sagrada» (Éxodo 3, 5). Tiempo después, ya en el siglo XVI, santa Teresa contribuyó enormemente a la reivindicación de la figura de san José, al hacerle patrón de la orden carmelita reformada, con lo que su apariencia será rejuvenecida, su rostro dotado de alegría y su persona incorporada plenamente ala acción principal que se desarrolla.

REYES MAGOS

En el caso de los Reyes magos, su inclusión y aceptación ha tenido una transformación en el tiempo, ya que al no existir datos históricos que describan sus características, su definición ha pasado por interpretaciones delos textos bíblicos conocidos y de los textos apócrifos.

Una de las primeras incógnitas fue resolver cuántos fueron en realidad, para lo cual se tomó como referencia inicial el siguiente texto:

“Nacido,pues, Jesús en Belén de Judá en los días del rey Herodes, llegaron del Oriente a Jerusalén unos magos diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? […] y llegando a la casa, vieron al niño con María, su madre, y de hinojos le adoraron y, abriendo sus cofres, le ofrecieron como dones oro,incienso y mirra.”

Mateo 2, 1-11

Ya que se mencionan tres dones, los estudiosos han concluido que existió la misma cantidad de reyes como el número de dones ofrecidos.

Ésta suposición se refuerza cuando se trata de definir sus nombres, para lo cual se ha recurrido a un texto apócrifo que relata:

“Los Reyes Magos eran tres hermanos: Melkón, el primero, que reinaba sobre los persas; después Baltasar, que reinaba sobre los indios, y el tercero, Gaspar,que tenía en posesión el país de los árabes.”

Evangelio Armenio de la infancia de Jesús

La representación más antigua de la cual se tiene data es el famoso mosaico bizantino de la basílica de san Apolinar el Nuevo (Rávena, Italia), realizado el año 520. En él se representa a los tres Magos como hombres de raza blanca,vestidos a la usanza persa, con diferentes edades y portando sus presentes,bajo un encabezamiento en el que aparecen sus nombres. Tal y como señalaba en sus escritos el famoso monje anglosajón Beda el Venerable (673-735), Melchor,el más anciano, portaba oro; Gaspar, hombre maduro, incienso, y Baltasar, en plena juventud, mirra. Sus edades, las tres del hombre, juventud, madurez y vejez, indicaban que cualquier momento de la vida era bueno para postrarse ante Dios.

Lo peculiar de éste grabado es que los tres reyes son hombres de raza blanca,visión que cambió durante el siglo XV, momento en el que Europa comienza a interesarse por la exploración costera de África, razón que motiva la transformación de uno de estos personajes en un hombre de raza negra, con el fin de señalar así la proyección universal del mensaje cristiano, que no distinguía entre edades o etnias.

ÁRBOL DE NAVIDAD

El último elemento relevante que forma parte de los actuales nacimientos es el árbol de navidad, su origen pagano, se encuentra muy ligado a las celebraciones del solsticio de invierno y al «combate» contra la muerte que este suponía para la naturaleza.

Prácticamente todos los pueblos de Europa, pero especialmente los del Norte, creían, aún en la Edad Media, que dentro de cada árbol habitaba un espíritu y que, llegado el otoño, cuando el árbol, habitualmente un roble, perdía sus hojas era porque el espíritu había abandonado su seno.

Era común el que tales seres fuesen considerados benéficos, por lo que una vez al año los campesinos se dirigían al bosque con obsequios que depositaban al pie de los árboles, pidiendo a sus moradores protección para ellos, sus familias,ganados y cosechas. Llegado el solsticio de invierno, cuando los días comenzaban a alargarse, aquellos hombres adornaban con cintas, piedras de colores u hojas verdes las desnudas ramas del roble, en un intento de animar así el retorno del espíritu arbóreo, el rebrote de la planta y, en general, una nueva floración de la naturaleza.

La integración de estos signos favorecedores dentro del mundo cristiano debió de ser sencilla. Cuenta una historia que san Bonifacio (680-754), el evangelizador de Alemania, al observar la devoción que por un árbol determinado tenían los habitantes del norte de Europa, tomó un hacha y lo cortó. Este representaba al Yggdrasil, el gran árbol del universo de la mitología nórdica, en cuya copa moraban los dioses, en el Asgard, al contrario que en sus raíces, donde se encontraba el Helheim o reino de los muertos. San Bonifacio plantó en su lugar un pino, árbol de hoja perenne, adornándolo con manzanas y velas, en alusión al árbol del paraíso de donde vino la condenación por el pecado original, siendo el nuevo árbol una representación de la redención que viene de Cristo.

A mediados del siglo VIII se cortó en Alemania el primer abeto al que se denominó«Árbol del niño Jesús» como un elemento más de las celebraciones navideñas, el cual fue escogido por su forma triangular relacionada con la santísima trinidad. De él se colgaban dulces y manzanas principalmente, siendo la primera noticia escrita del «Árbol de Navidad» del año 1184, en Alsacia. Algunos otros estudiosos dicen que, plenamente definido, con sus frutas y luces de adorno,apareció en esta misma región europea en el siglo XIV y se difundió paulatinamente por Alemania. Las bolas de colores y la colocación del belén a sus pies llegarán siglos después.

LOS VILLANCICOS

No se puede dejar de lado la participación de la música, como un elemento que ha tenido un papel importante en las celebraciones, por promover el espíritu ritual y dar realce de las ceremonias. Es así que los villancicos según Menéndez Pidal tienen sus inicios en el siglo XII, en las canciones populares profanas que, al paso del tiempo, darían lugar a las tonadillas que hoy conocemos. En un primer momento tales composiciones no eran navideñas, sino amorosas, y se cantaban en ámbitos nobiliarios, donde los poetas fijaron su forma a finales del siglo XV, pues en definitiva eran poemas musicalizados. El villancico se iniciaba con un estribillo de tipo popular, cuya extensión oscilaba entre uno y cuatro versos. A continuación, venían una serie de estrofas que contaban una historia, rematada con una serie de versos que retomaban la rima final del estribillo, así como la melodía. Si estas obras se sujetaban a una métrica rigurosa y un lenguaje refinado, el villancico recibía el sobrenombre de «cortés».

Fue fray Hernando de Talavera, arzobispo de Granada (1493-1507) el que promovió la elaboración del primer villancico litúrgico, en el año 1492, y mandó sustituirlos responsorios antiguos por coplas nuevas en las celebraciones de Navidad,novedad que fue muy bien acogida por el pueblo.

La extensión del villancico como canto navideño fue a través de los frailes franciscanos y las religiosas de santa Clara. El solemne y pausado canto gregoriano se había ido alejando de los templos de pueblos y ciudades, quedando recogido en claustros, colegiatas y catedrales; su lugar lo ocuparon los villancicos, entonados desde entonces en el interior de las iglesias como parte de la liturgia. En un primer momento de su desarrollo religioso se entonaban en festividades muy señaladas: la Epifanía, el Corpus Christi, la Asunción de la Virgen y los santos locales, además de la Navidad.

Entre los compositores más reconocidos del siglo XVIII se tiene al padre Antonio Soler, compositor de villancicos como: Los peces en el río, El tamborilero entre otros.

Otra historia curiosa es la relacionada con la famosa canción “Noche de Paz” de la cual se cuenta que en el año 1818 en Oberndorf, una pequeña población austriaca cercana a Salzburgo, uno de los sacerdotes de la localidad, Joseph Mohr,coadjutor de la iglesia de san Nicolás, acudía a casa de un matrimonio de carboneros, situada en el bosque, con el fin de bendecir a su niño, que había nacido pocas horas antes. A decir del religioso, la pobreza de aquel hogar, su sincera piedad y la contemplación del pequeño le conmovió, y durante el camino de regreso fue meditando sobre lo que había visto. No bien llegó a la población compuso un texto en seis estrofas y se dirigió a casa de su amigo Franz Xaver Gruber, maestro de la escuela del vecino pueblo de Arnsdorf y organista de su iglesia. Para aquella misma noche, en la que había de celebrarse la Misa del Gallo, Gruber había compuesto la melodía del villancico. Llegada la media noche la iglesia estaba iluminada, el belén instalado y el templo lleno de fieles. Al finalizar la ceremonia los dos amigos, acompañados por una guitarra, pues el órgano se hallaba estropeado, entonaron por vez primera el celebrado villancico.

ANÉCDOTA NAVIDEÑA

Por último, una de las navidades más anecdóticas del siglo pasado fue la navidad que transcurrió en plena Primera Guerra Mundial.

Se cuenta que, todo se inició cuando el Estado Mayor alemán convenció al káiser Guillermo de que una agradable celebración de la Navidad en el frente elevaría la moral de la tropa. Tras cinco meses de combates Europa había perdido ya un millón de hombres, y cuatrocientos kilómetros de trincheras se extendían entre la frontera suiza y el Canal de la Mancha. Y así, el Alto Mando germano hizo llegar a sus hombres, abetos, velas y dulces. Llegada la tarde del 24, los hombres comenzaron a adornar los abetos recibidos, colocándolos sobre sus trincheras, dispusieron mesas para la cena y comenzaron a entonar villancicos.Esto relajó el ambiente, pese a que el Estado Mayor británico había dado órdenes de que aquellos fueran dos días más de guerra.

Un comandante inglés, destinado en el frente de Flandes, comentó a la prensa días después:

“La Nochebuena y el día de Navidad los pasamos muy agradablemente. Algunas de nuestras trincheras estaban a unos cien metros de distancia de las alemanas, ya veces sosteníamos conversaciones muy animadas. En nuestra línea de fuego convinimos en que no haríamos ningún disparo durante la noche ni el día de esa  gran festividad. Los alemanes cantaron y tocaron algunas de sus canciones populares y algunas de las nuestras, y nosotros correspondimos como era natural. El regimiento que estaba atrincherado a nuestra izquierda salió de sus trincheras, y cada vez que divisábamos un resplandor aplaudíamos y gritábamos.”

Cit. por J. P. Yáñiz Ruiz, «Navidades en…», p. 147

A partir de aquí la imprevista tregua tomó vida propia. En varios puntos del frente se combatía, pero en otros los soldados de ambos bandos cantaban conjuntamente el Noche de paz, cada uno en su lengua. En algunos sectores hubo intercambio de saludos, en otros los hombres salieron a tierra de nadie durante un par de horas, compartiendo tabaco y conversación amigablemente. En el frente flamenco, los ingleses visitaron las trincheras alemanas durante la mañana de Navidad, siendo correspondidos por los germanos poco después. Hubo intercambio de tarjetas y cigarrillos, y tiempo para enterrar a los muertos británicos,ayudados por algunos alemanes. Incluso tuvo lugar un partido de fútbol entre ambas trincheras, y un oficial alemán tomó una fotografía de todos juntos en la que los soldados ingleses y germanos se confunden, pues intercambiaron sus cascos y gorras de platos para la foto.

Gracias a la fiesta de la Navidad se pudo establecer la paz, aunque sea por instantes.

CONCLUSIONES

A lo largo del tiempo, las fiestas saturnales iniciadas por los romanos, fueron transformándose, incorporando una serie de elementos que han venido de muchas culturas y creencias, vemos en aquellos hombres que participaban de esas celebraciones, un profundo respeto por la naturaleza y un misticismo único,asociado a las ceremonias que conmemoraban la victoria de la vida sobre la muerte.

Actualmente,aunque ésta fiesta pueda ser tomada por algunos sólo para el beneficio y el lucro, no debemos olvidar su verdadero significado y su profundo mensaje que debe suscitar en nosotros espacios de reflexión y cambio.

He cumplido P.·. M.·.

M.·. Sec.·. José Antonio Mendoza Aquino 4°

BIBLIOGRAFÍA

  1. Gomez,Franciso José. Breve historia de la Navidad. Editorial NOWTILUS. 2013
  2. FrauAbrines, Lorenzo. Diccionario Enciclopédico sobre la masonería. Habana lapropaganda literaria 1891.
  3. Contreras Valverde, José. Diccionario de la religión romana. Ediciones Clásicas. 1992.
  4.  Culotta,María Cecilia. Politica y religion en un imperio en crisis: Aureliano y el culto al sol invicto. XIV Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia. Cuyo.2013
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