Este sucinto trabajo dedicado al principio creador de la gran arquitectura universal y a la unión de los hombres que simboliza, estará configurado por cinco acápites: el introductorio, el de la historiación, el de la estructura del rito, el inherente a un presente y el de una reflexión conclusiva. No os llame la atención, el hecho que encontrareis expresiones que son repetitivas en la literatura masónica y en trabajos preparados por mi persona; ello se debe a que al estar las mismas basadas en acepciones universalizadas o ser parte de ellas, llevan claridad meridiana, lo cual nos basta para esta síntesis monográfica.
1 Introducción
La masonería, procura un permanente esclarecimiento sobre los misterios de la vida tanto personales como colectivos, propósito que se lleva a cabo haciendo uso de métodos complejos en sí, debido a lo intrincado de la naturaleza humana. Estos métodos, que incluyen las esferas del crecimiento personal, las relación humanas, la dinámica grupal, la introspección, la necesidad de especulaciones simbólicas, la educación en actividades vitales y sociales, la internalización de valores de carácter universal, el acercamiento de posiciones ideológicas en el marco de los principios masónicos y la madurez psicológica y social, encaminan al masón a con ello crear conciencia tanto de sí como del contexto, bajo el influjo que emane de su ser interior. La cognición resultante de este palpitante proceso, avanzará paulatinamente mediante el autoestudio y la autovaloración.
El R:. E:. A:. y A:., tema que hoy nos ocupa, responde a aquel acto ritualístico de naturaleza ceremonial que se expresa cual conjunto de símbolos vivientes, modelados y desarrollados bajo formas definidas, que tienen por finalidad el conducir al participante de nuestras ceremonias, a un ámbito iniciático, acuciando la imaginación y elevando el espíritu. De igual manera, es menester que el hermano concurrente esté imbuido de una profunda adhesión y consubstanciación con los principios y valores de la Orden.
Dicho proceso, se encamina a partir de un propósito sistémico progresivo, gradual y completo, destinado a conducir al masón desde la recepción de la luz hasta la plenitud del tratamiento del arte real a través de treinta y tres pasos sucesivamente y escalonados llamados grados, tendientes estos a completar el conocimiento cabal y estructurado del misterio masónico, que no es otro que el misterio profundo de las leyes de la existencia.
Así, este rito procura alcanzar entre sus miembros una formación moral, espiritual e intelectual, con una visión tal, que se logre aprender a amar y a respetar cuanto consagran tanto lo virtuoso como la sabiduría, aplicando la tesis que masonería es una forma y escuela positiva de vida, incrementadora del talento en su expresión intelectual y modeladora de la conducta moral, mediante el trabajo riguroso, progresivo y profundo.
Se parte del concepto que situada en un estado de cabalidad, la persona humana presenta un equilibrio, entre sus dimensiones religiosa, moral y política, entendiéndose por esta última al método de conducción de un asunto o cuestión, de trato con las personas y del establecimiento de directrices humanistas. Para lograr este equilibrio el hermano debe esforzarse en la dirección de alcanzar por la indicada vía gradual – iniciática, lo que llamamos CONCIENCIA ESPIRITUAL.
El conjunto de rituales inherente a este Rito, se ha configurado de tal manera que en él está presente una guía meticulosa conformada por un hilo conductor o Leitmotiv, el cual al margen de transmitir el mensaje masónico, moviliza mecanismos generadores de un sentido de la trascendencia del Gran Arquitecto del Universo, instrumentalizando la asimilación espiritual, psicológica y conceptual que se debe poner en práctica, acorde a la percepción individual del contenido de dicho rituales.
En su seno, el esfuerzo del R:. E:. A:. y A:., se centra en armonizar las tres columnas que le sostienen: el espiritualismo, el Humanismo y la Libertad. Lo hace, sintetizando la relación y nexo entre el humanismo espiritualista de la filosofía tradicional y el humanismo antropológico moderno surgido a partir del pensamiento de la ilustración y que se arraiga en el presente.
Es en ese contexto, que la filosofía del Escocismo – entendiéndose por ello al ámbito de los grados del 4º al 33º del rito – pretende hacer notar su mensaje universalista de libertad y tolerancia en contraposición a los males mundanos inveterados como ser: toda forma de fanatismo, de integrismo religioso y de racismo xenófobo.
En lo concerniente al tema polémico de las creencias, este Rito, es absolutamente respetuoso de toda forma de religiosidad, defendiendo el libre derecho al acto de fe y de culto, así como la independencia del poder político respecto al poder religioso.
2. Corta historiación
La presente visón histórica, se sustenta en supuestos fundamentados por entendidos en la materia, como en aquellos hechos históricamente verificados por masones y no masones. El propósito metodológico responde al interés de vincular bajo una relativa cronología, a aquellos momentos trascendentales en la historia de la humanidad acaecidos durante el milenio pasado y la historia propia del R:. E:. A:. y A:., tratando con ello el develar verdades tocantes a este rito, en medio de un mar de desfiguraciones, voluntarias o no, ocasionadas por propios y extraños, así como surgidas a su vez por persecuciones externas y desavenencias intestinas, que ocasionaron la no existencia de un único relato histórico y unificador concerniente al origen y evolución del R:. E:. A:. y A:. La presentación de esta historiación sucinta, consistirá en un conjunto conformado por ocho espacios pretéritos:
Primer espacio pretérito:
Una vez que en 1099 D. C. concluyó la primera cruzada, fue en Francia, Prusia y Escocia donde se establecieron los llamados grados sublimes, e inefables, entendiéndose por sublime, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, a lo excelente, lo admirable, lo más elevado en su género, y por inefable a aquello que no se puede explicar con palabras, equivalente a inenarrable que corresponde a lo sorprendente o impresionante. Tales grados conformaron un primer llamado Rito Escocés, que perduró hasta 1658, data en que la historia de esta vida ritualística, se sumerge en un cuasi – vacío que concluyó con la aparición allá por 1750, del Rito Escocés Filosófico de la Logia Madre de Marsella, Francia, el cual constaba de 18 Grados.
En París, fue en 1758, cuando se organizó el “Consejo de Emperadores de Oriente y Occidente”, bajo el llamado ¨Rito Heredom o de Perfección¨, que de alguna manera se inspiró en los antecesores ritos escoceses, contando ya para esa época con 25 grados. En 1762, Étienne Morín, tras recibir una patente de este rito, lo trajo a la América, de manera tal que entre 1798 y 1801, fue puesto en práctica un nuevo sistema en treinta y tres grados, bajo la autoridad de los Soberanos Grandes Inspectores Generales, Grandes Comendadores, dando surgimiento al actualmente universalizado Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Téngase presente que en las Grandes Constituciones masónicas de 1786 promulgadas por Federico II de Prusia, ya se había ampliado la escala jerárquica de los grados elevando su numero hasta treinta y tres. A quienes eran exaltados a este grado, se les hacía partícipes de un Soberano Capítulo rector del rito, al que se le dio el título de Supremo Consejo del Grado 33°.
Segundo espacio pretérito:
El 24 de junio de 1314 – año de luto para la masonería por la inmolación que padeció el Gran Maestre Templario Jacques Bernard de Molay – , estalló la batalla Bannockbum, en la cual fueron derrotadas, las tropas de Eduardo II, a la sazón rey de Inglaterra y yerno del Felipe IV, rey de Francia (el inmolador), permitiendo así que los escoceses celebren no solo la victoria de la batalla, y sí la de una dura guerra de independencia que acababa de lograrse bajo la conducción de su soberano Robert de Bruce, llamado ya en ese entonces Robert I rey de Escocia y protector de la Orden del Templo, cuyos miembros guerreros, combatieron a su lado en la indicada contienda.
Según investigaciones hechas públicas por diversos centros de estudios masónicos – sito a la Logia Simbólica Cibeles del Oriente de España y a la Orden Real de Heredom de Kilwinning – es Robert I quien creó la “Orden de los Caballeros de San Andrés del Cardo”, en la cual se admitió a aquellos templarios que para ese entonces habían huido de Francia y de otros reinados incluyendo el de Inglaterra, otorgándoles protección real y asimilando sus experiencias en algunos grados.
A Jacobo II rey de Inglaterra y conocido a la vez como Jacobo VII rey de Escocia, nacido en Londres en 1633, quien reinó entre 1685 y 1688, se le considera el refundador de a esta célebre Orden de los Caballeros de San Andrés del Cardo en un 29 de mayo de 1687, dando así continuidad a aquella creada por Robert I de Escocia, y sucedida por la Orden de “Caballería de San Andrés de Escocia” establecida por Jacobo IV rey de Escocia, Orden esta última que fue abolida una vez decapitada el 8 de febrero de 1587 María I reina de Escocia más conocida como María Estuardo.
Tercer espacio pretérito:
Este rey Jacobo II, durante la revolución de Cromwell entre 1649 y 1660, se refugió en Saint Germain, Francia. En el transcurso de su exilio, los oficiales y suboficiales de los regimientos escoceses e irlandeses que fielmente le habían seguido, crearon las primeras logias masónicas militares, siendo aquellas otra de las raíces del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, y constituyeron a su vez la célebre Masonería Jacobita – Estuardista.
Cuarto espacio pretérito
Una vez formada el 24 de Junio de 1717 la Gran Logia de Londres y de Westminster, esta desplegó una gran actividad, incluso más allá de Inglaterra. Así, y bajo sus auspicios, en 1736 los masones de Escocia fundaron la llamada Gran Logia de San Juan de Escocia.
La Logia Real de Kilwinning, fundada en 1150 en la ciudad escocesa del mismo nombre, continuó su vida independientemente de la existencia de la nueva Gran Logia. En 1743, ante desavenencias existentes entre estas Grandes Logias, esto es la de San Juan de Escocia y la Real de Kilwinning, esta última trasladó su sede a Edimburgo, ciudad donde se estableció bajo el título de Gran Logia Real y Gran Capítulo Soberano de la Orden de Heredom de Kilwinning y de los Caballeros Rosa Cruces, fundando a su vez Logias y Capítulos bajo su obediencia.
El distanciamiento entre ambas Grandes Logias, logró dividir a la Francmasonería del reino de Escocia, en dos ramas: Por una parte estaba la del sistema inglés con sus ya establecidos tres grados a saber: aprendiz, compañero y maestro más la presencia de un grado Royal Arch , tal como era practicado en la Gran Logia de Inglaterra y su área de obediencia; por otra parte se hallaba la de la Gran Logia Real de Kilwinning, cuyo sistema de grados formaría más tarde la rama de la Masonería que se ha venido a llamar Escocismo o Escocecismo como se le define por algunos , y del cual el Rito Escocés Antiguo y Aceptado toma gran parte de sus orígenes y la mayor parte de sus grados.
Recordando que las logias operativas de finales del siglo XVI contaban tan solo con dos grados: el de aprendiz y el de compañero, y trayendo a la mente al destacado masón H:. Jean-Marie Ragon de Bettignies, más conocido como Ragon, así como a otros historiadores, es el ilustrado inglés y Rosa Cruz Elías Ashmole, quien habría impreso un carácter iniciático a los “primitivos rituales obreros”. Sucede, que este intelectual en 1646, fue aceptado como uno de los primeros masones no operativo en una Cofradía de Maestros Constructores. Tal forma de ingreso que databa de 1641, dio origen a lo que posteriormente sería la masonería especulativa, creándose el término de aceptado, para los no operativos admitidos. Elías Ashmole, fundador de la Royal Society de Londres y la Philosophical Society de Oxford. en 1647 escribió el primer ritual de la “Masonería Operativa” destinado al Grado de aprendiz, el de Compañero en 1648 y el de Maestro en 1649, al cual lo reescribió un año más tarde.
Posteriormente, en 1738, época de la masonería ya especulativa, mediante ajustes en la redacción de las Constituciones de James Anderson, se estableció oficialmente el carácter definitivo del tercer Grado, el de Maestro, que había sido creado con antelación, declarándose que el primer Grado contenga un mensaje moral, el segundo invite al estudio de las ciencias experimentales y el tercero adopte la leyenda de Hirám Abif. A partir de ello, el Grado III de Maestro Masón, habría de constituirse en el epicentro de una dramatización revelada por episodios a través de un ciclo de niveles que contienen elementos simbólicos y filosóficos, los cuales se ensamblan unos a otros. Es decir, que su argumentación no se agota en la franja Simbólica del Rito, y sí que se interna en grados siguientes al tercero. Esta razón, comenzó a establecer una distinción entre una Masonería ordinaria (o inglesa) y una Masonería llamada “tradicional” o escocesa.
Según Oscar Albert conocido escritor de temas masónicos, la primera mención de la expresión “Escocés” en relación a la terminología actual, aparece en 1742 en una carta del Abate francés Gabriel Perau, quien en la misma señalaba: “ …está presente la existencia de cierta tendencia, que llaman escocesa, superior en lo que se pretende a los Masones comunes, y que tienen sus secretos aparte… Puedo asegurar audazmente que ellos tienen algún secreto particular y son extremadamente celosos de él, puesto que lo ocultan a los mismos Maestros de la Masonería” (véase “Historia General de la Masonería” de dicho autor).
Quinto espacio pretérito:
Es importante y sabio para el masón, el escuchar también las voces discrepantes, incluyendo naturalmente a aquellas provenientes de entidades declaradas como irregulares. Así, el disidente masón Prof. Dr. Ramón Espadas y Aguilar, Ex presidente del Supremo Consejo del Sureste de la Francmasonería Progresista Universal (autodenominado Rito Primitivo), el cual, en la actualidad dista ritualísticamente, del R:. E:. A:. y A:. que han asumido para sí tanto la “G:. L:. B:.” ente rector para los primeros tres grados, como el “Supremo Consejo de Soberanos Grandes Inspectores Generales del Rito” ente rector de los grados 4º al 33º, considera que en nuestra visión ritualíatica del R:. E:. A:. y A:., tergiversamos la leyenda del tercer Grado al exculpar de la muerte de Hirám, al rey Salomón y al sacerdote Sadoc – según él – hipócritas autores intelectuales del hecho, descargando todo el peso del crimen sobre los tres ignorantes compañeros”.
De igual manera, recuerda el Dr. Espadas, que cuando en Francia se quiso instaurar una masonería universalizada con cuatro grados: el de aprendiz, el de compañero, el de maestro y el inglés de Real Arco, los escoceses que ya contaban con veinticinco grados propusieron la ampliación a los mismos, sugerencia que desató el enojo de los Progresistas, por considerarlos como “grados nacidos del dominio monárquico, burgués y clerical, y ser reaccionarios ante los principios de la masonería operativa”. En el Rito de la Francmasonería Progresista Universal – que reitero es diferente al R:. E:. A:. y A:. -, se proclama la única y solo existencia de los tres primeros grados, como también se lo hacen otros ritos.
Presenté este hecho, para que los QQ:. HH:. recuerden el fragor político, social y de credo, en que durante los siglos XVIII y XIX, se hallaban inmersas tanto Europa como la propia Masonería. Esto a la vez, me obliga a destacar que el pensamiento renacentista y aquel del siglo de las luces, época de la ilustración, más allá de la célebre proclama de: libertad, igualdad y fraternidad, ha penetrado los grados del Escocismo, grados 4º al 33º, de este Rito, no debiéndose olvidar que François Marie Arouet, más conocido como Voltaire, durante muchos años fue consejero principal de Federico II rey de Prusia, propulsor y unificador de este Rito, quien como pocos monarcas de la época, vivió y murió amado por su pueblo.
Sexto espacio pretérito
A partir de estos relatos históricos, es de inferir que las raíces del R.·.E.·.A.·. y A.·., entroncan directamente con la Gran Logia Real de Kilwinning, la Orden de Caballeros de San Andrés del Cardo, la de los Maestros Escoceses de San Andrés, la presencia templaria y jesuítica, el Rito de Perfección o de Heredom y las Logias de la Masonería Jacobita – Estuardista. Dichas raíces, alimentaron un carácter ritualísticamente definido allá por 1756, para consagrarse oficialmente con treinta y tres grados y denominarse formalmente como Rito Escocés Antiguo y Aceptado en las Constituciones de Federico II de Prusia el 1º de mayo de 1786 como se indicó en el primer espacio pretérito. Su expansión universal hizo que este Rito en sí, se fortalezca hasta que el 31 de mayo de 1801, se constituya en Charleston, Carolina del Sur de los Estados Unidos de Norte América, el Primer Supremo Consejo de los Soberanos Grandes Inspectores Generales del Grado XXXIII y Último del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, absorbiendo en su evolución al anterior Rito de Perfección.
Posteriormente, el 22 de Octubre de 1804 se consolidó en un gran espacio mundial la indicada denominación del Rito, al declarársele así en el Convenio entre el Supremo Consejo de Francia y el Gran Oriente de Francia, confirmando en definitiva, su estructura de 33 grados iniciáticos.
El mencionado primer Supremo Consejo, a continuación emitió certificados de autenticidad a otros Supremos Consejos de manera que en la actualidad los Supremos Consejos Confederados del mundo creados a lo largo de los siglos XIX, XX y lo que va de del XXI suman por encima de ochenta. En lo referente a Bolivia nuestro Supremo Consejo, rector como se indicó de los grados del Escocismo, data del 21 de Junio de 1931 y su genealogía según el Ex Soberano Gran Comendador, I:. y P:. H:. Raúl Mendoza Requena es la siguiente: El primer Supremo Consejo fundado en Carolina del Sur en 1801, dio origen al Supremo Consejo de Francia en 1804, este a su vez creó al de Bélgica en 1817, el cual fundo al de Brasil en1828, que a su vez estableció al del Uruguay en 1855, creador del de la Argentina en 1858, que fundó el de Chile en 1871, propiciador del Supremo Consejo de Bolivia en 1931.
Séptimo espacio pretérito
La Gran Logia Unida de Inglaterra, guía de nuestra masonería y máximo referente mundial de la principal corriente masónica, surgió el 17 de diciembre de 1813, como resultado de la fusión de la Gran Logia de Inglaterra, que había sido fundada en 1705 en la ciudad de York, y de la Gran Logia de Londres y Westminster creada en la ciudad del mismo nombre y como se indicó, el 24 de Junio de 1717, día de San Juan.
Tal fusión de Grandes Logias, requirió así mismo, de la necesidad de revisar las antes mencionadas Constituciones de James Anderson, instancias rectoras aprobadas en 1723 y ajustadas en 1738, Leyes supremas estas, donde por primera vez se reflejó la condición de los masones especulativos frente a la tradición de los masones operativos de siglos anteriores. Estas constituciones estuvieron ordenadas según los títulos siguientes: De lo que se refiere a Dios y a la religión, De la Autoridad Superior e Inferior, De las logias, De los maestros, inspectores, compañeros y aprendices y Del reglamento de la corporación durante el trabajo. Como es de suponer, tal revisión requirió de un ajuste ritualístico.
La tarea no fue fácil, y para ello con antelación se necesitó superar el óbice de la existencia del grado cuarto ingles del “Real Arco”, lo que dificultaba la formación del actual Simbolismo únicamente con tres grado; el camino se allanó al unificar un Grado de Maestro común en su filosofía para varios ritos, aunque con rituales propios y haberse declarado al antiguo grado ingles de Real Arco, como la Suprema Orden del Arco Real y no un grado en sí, constituyéndose de esta manera en el actual Capítulo del Arco Real o Real Arco. Estos ajustes no influyeron en el ordenamiento y contenido establecido para el resto de los 33 grados del R:. E:. A:. y A:..
El llevar a cabo la totalidad de esta iniciativa, determinó la necesidad de dividir los quehaceres en dos partes: una primera inherente a las regulaciones mediante las cuales cada Gran Logia juntamente con sus logias subordinadas y sus miembros debían ser gobernadas, y una siguiente correspondiente a una historia masónica mítica por su excepcionalidad y de referencia obligada y mística por tratar de la unión íntima y espiritual con la divinidad, basadas ambas en el texto bíblico.
Superando puntos de vista divergentes, se logró acuerdos inherentes a la primera parte aunando así criterios que consolidaron un tronco iniciático jerárquico conformado por tres grados secuenciales: el primero de Aprendiz, el segundo de Compañero y el Tercero de Maestro.
El ir más allá en la segunda parte, el de una historia mítica y mística de la Masonería basada en el “texto bíblico”, fue difícil ya que si nos contextualizamos en la realidad de la época a principios del siglo XIX, se comprenderá que el despertar de la ciencia libre que ya venía desde el renacimiento y se profundizó con mayor énfasis a partir del Siglo de la Ilustración ( siglo XVIII), obligaba a quien pensaba libremente, a desligarse definitivamente de lo indistinguible entre ciencia y filosofía, así como de la verdad bíblica cual única o principal razón científica. De esta manera, en avances de esa época surgen entre otras, la sociología, la psicología, la antropología la arqueología, la economía y otras ciencias teórico – experimentales, hecho que influyó en la formación intelectual del muchos masones, llamémosles “inquirientes”, frente a una visión más mítico – bíblica representada por quienes asumían una posición conservadora. Esta y otras razones, dieron base a la teoría “Y” mediante la cual del punto culminante de un tronco común, se bifurcan dos brazos, ambos por cierto absolutamente respetables: nuestro Escocismo por un lado con una estructura andragógica con sucesión gradualizada para formar al masón en una libre conciencia en sí y una conciencia comunitaria en libertad, y por el otro aquellos ritos de un carácter más religiosos o con mayor profundidad esotérica.
A partir de la creación de la Gran Logia Unida de Inglaterra y por el principio de origen mencionado, todo maestro masón iniciado sea en el R:. E:. A:. y A:. o en el que genéricamente denominamos York, si desea puede continuar por cualquiera de los brazos de la “Y”, o iniciarse en ambos, ello debido a que desde ningún punto de vista se les podría considerar mutuamente excluyentes.
Octavo espacio pretérito:
La normativa universalmente reconocida y vigente del R:. E:. A:. y A:., como se indicó con antelación, surge de las Constituciones de Federico II de 1762 y 1786. Tales Constituciones, posteriormente fueron objeto de enmiendas. Así, reformas a ellas fueron introducidas en el Congreso Universal de todos los Supremos Consejos del R:. E:. A:. y A:., celebrado en Lausana – Suiza, del 6 al 22 de septiembre de 1875, más conocido este como el “Convento de Lausana”.
El propósito central del mismo, según versión original extraída de su preámbulo, radicó en que se lo ha convocado para: “…. deliberar reunidos, sobre un nuevo Tratado de Alianza y Confederación entre las Potencias Masónicas Escocesas, y para armonizar con las exigencias legitimas de la civilización moderna, el texto de las Grandes Constituciones de 1786 y los rituales de la Orden.”
En este Convento, también se unificaron ritos bajo la siguiente iniciativa: “Estas razones y otras causas no menos graves, nos imponen, pues, el deber de agrupar y reunir en un solo cuerpo de Masonería todos los Ritos del Régimen Escocés, cuyas doctrinas son, por confesión de todos, casi las mismas de las antiguas Instituciones dirigidas al propio fin, y que no siendo sino ramas principales de un solo y mismo árbol, entre sí no difieren más que por fórmulas hoy de todos conocidas, y que es fácil conciliar. Estos Ritos son los conocidos bajo los nombres de Rito Antiguo de Heredom o de Hairdom del Oriente de Kilwinning, del de San Andrés, del de los Emperadores de Oriente y Occidente, del de los Príncipes del Real Secreto o de Perfección; del Rito Filosófico, y finalmente, del Rito Primitivo (aclárese el de aquella época y no el actual).”
Es esta oportunidad, se fundó la llamada “Confederación de Supremos Consejos de Lausana” o “Confederación de Supremos Consejos del mundo”, la cual no cuentan con una dirección única, ni una autoridad suprema, manteniendo la soberanía de cada Supremo Consejo, pero eso sí formando una gran corporación masónica, en la cual se establecen y fijan los principios masónicos, que todos ellos profesaban. Además se acordó que en cada país se reconozca solamente a un Supremo Consejo, como es el caso nuestro para Bolivia.
Por último, en este Convento y para fines esencialmente de administración organizacional y de aplicación ritualística, surgió la división de nuestro Rito en dos poderes. La declaratoria, reza así: “Los tres primeros grados de este Rito, se imparten y administran en el seno de las Grandes Logias ( o federaciones de logias ubicadas en un determinado territorio) y presididas por un Gran Maestro elegido, y los treinta siguientes, son impartidos y administrados por instituciones denominadas Supremos Consejos que presiden sendos Grandes Comendadores también elegidos”.
Hasta el presente, y considero que es menester que se lleve a cabo, no se volvió a realizar otro Convento de similar o igual jerarquía destinado a determinar modificaciones de este tipo. Sin embargo, En la Conferencia de Supremos Consejos del R:. E:. A:. y A:., celebrada en París en 1929, se acordó por parte de los allí representados que “En países donde existan organizaciones Masónicas Azules o Simbólicas, los Supremos Consejos se abstendrán de toda injerencia en la legislación, organización y administración de estos cuerpos Masónicos”, entendiéndose que esta declaración es de carácter absolutamente recíproco.
Analizando tales antecedentes, se puede inferir que estas son, entre otras, las razones que llevan a que tanto la G:. L;, B:. como el Supremo Consejo, cuenten en nuestro país, cada una con personalidad jurídica propia.
3 La estructura del R:. E:. A:. y A:.
Un punto de vista fundamental para haberse estructurado este rito como tal, radica en su visión hacia la interpretación de lo divino. El Escocismo, prácticamente en todos los países como es el caso del nuestro, es de carácter “deísta”, existiendo naturalmente otros ritos masónicos que se encaminan por la corriente teísta.
El deísmo como bien sabéis, es la doctrina que se basa en una religión natural o racional fundada en la manifestación que el propio concepto de divinidad engendra en la razón del hombre y excluye el concepto de revelación histórica. Así, las tesis del deísmo kantiano se recapitulan de la siguiente manera:
- La religión no contiene ni puede contener nada de irracional.
- La verdad de la religión se revela a la razón misma, resultando superflua la revelación histórica.
- Las creencias de la religión natural son, por el hecho de ser racionales, pocas y también simples, se resumen en: la existencia de un Dios, la creación y gobierno divino del mundo, el castigo del mal y el premio del bien en una vida futura.
En contraposición al deismo, en el Teísmo, se afirma cualidades o caracteres de Dios atestiguados no por la razón sino por la revelación y en este sentido, según Kant, se cree en un “Dios Vivo”.
Según diversos investigadores, Albert Pike es a quien se le atribuye la autoría tanto de la estructura doctrinal como de los rituales de los grados actuales del Escocismo, todo ello en plena concordancia con los grados del simbolismo. Este destacado masón, elaboró su aporte, dentro de un ámbito esencialmente especulativo siguiendo la escuela del racionalismo y enmarcándose en los principios de la Ley Natural, ley básica del comportamiento humano que hace suya la masonería. Entendamos por dicha ley, al orden normativo armónico y sistémico con relaciones de interdependencia, derivadas de dicho orden, al cual todos los seres creados y visiblemente existentes, están ligados por el simple hecho de existir. De esta manera, la filosofía seglar del rito, responde a un mundo ordenado por esta ley en la cual todos los humanos, intrínsecamente racionales e intuitivos y a la vez misericordiosos, pueden, a través de la educación, aspirar a la perfección.
El camino hacia la perfección o su consecución establecido en este Rito, parte de una masonería dotada de una filosofía que nos da el saber y el entender, se convierte en acción de tal manera que tanto la filosofía como la acción en sí, forjan tres deberes en el masón:
- hacia Dios mediante la adoración,
- hacia la patria mediante el servicio
- y hacia las personas mediante el amor.
Partiendo de esta conceptualización, el R:. E:. A:. y A:. para Bolivia y acorde a lo dispuesto tanto por las Grandes Logias como por los Supremos Consejos Confederados del mundo, ente rector del Escocismo al que pertenecemos como único en el país, está conformado por los siguientes grados, los cuales por razón de tiempo, serán presentados de manera sucinta:
A) En el Simbolismo, bajo el gobierno de la G:. L:. de B:. se encuentran las Logias simbólicas:
A.1 Las Logias simbólicas: 1er. Grado: Aprendiz, 2º Grado Compañero y 3º Grado Maestro Masón, destinados a devastar la piedra bruta, a multiplicar por la fuerza de la asociación y el estudio el efecto de sus esfuerzos, buscando el triunfo final de la luz sobre las tinieblas. Así, estos grados están destinados al conocimiento que todo hombre ha de tener tanto de si mismo, del entorno natural en el cual vive, y del Ser Supremo o Principio Creador.
B) En el Escocismo bajo el gobierno del Supremo Consejo se encuentran las Logias de Perfección, los Capítulos, los Consejos, los Consistorios y el Supremo Consejo:
B.1 La Logia de Perfección: 4º Grado: Maestro Secreto, 5º Maestro Perfecto, 6º Secretario Íntimo o Maestro Inglés, 7º Preboste y Juez o Maestro Irlandés, 8º Intendente del Edificio o Maestro en Israel, 9º Elegido de los Nueve o Perfecto Masón Electo, 10º Elegido de los Quince, 11º Caballero Elegido de los Doce, 12º Maestro Arquitecto, 13º Caballero Arco Real, 14º Elegido, Perfecto y Sublime Masón. En estos grados, se amplia la Leyenda del Tercer Grado y la construcción del templo de Salomón, destinados a reforzar las enseñanzas de los Grados Simbólicos, aunque con un enfoque esencialmente conciencial de individuo y sociedad. Los grados vivenciales, esto es, en los cuales se trabaja, son : el 4º, el 9º y el 14º, el resto se imparten por comunicación, lo que quiere decir que en ellos no se lleva a acabo la ceremonia de iniciación plena, y sí se comunica el espíritu que conlleva el grado en cuestión.
Grado 4º, Maestro secreto; este grado es base para los grados subsiguientes; en él, los deberes se relacionan con la práctica de la fidelidad, la obediencia y el silencio; enseña que por el cumplimiento del deber solo se debe esperar una satisfacción personal. Reflexión del grado: ¿Puede uno mandar sin saber obedecer?
Grado 9º, Elegido de los Nueve o Perfecto Masón Electo: los deberes que se inculcan, se relacionan con iluminar nuestra mente y nuestra alma, para ilustrar al no ilustrado pues la ignorancia es el principal enemigo de la libertad del hombre y con el como ser vigilantes del honor de nuestra patria. Reflexión del grado: ¿Tu conducta está regulada y controlada por principios o eres guiado por el sentimiento?
Grado 14º, Elegido, Perfecto y Sublime Masón: se hace conciencia de los deberes de apoyar, defender y animar a los hermanos, protegiendo a su vez al oprimido, comprometiéndose con la libertad de prejuicios y el rechazo a la intolerancia y a la envidia. Reflexión del grado: si la perfección no es obtenible ¿por qué lucha el masón?
B.2 El Capítulo Rosa Cruz: 15° Grado: Caballero de Oriente y de la Espada 16° Príncipe de Jerusalén, 17° Caballero de Oriente y Occidente, y 18° Caballero Rosa Cruz. La esencia sintetizada de estos grados si bien lleva al estudio de las religiones, en particular de la religión judeo-cristiana, trata del principio que el renacer purificado parte de una consumación. El grado vivencial es el 18º y los demás se imparten por comunicación.
Grado 18º, Caballero Rosa Cruz:. En él se trabaja en la eliminación de los vicios y la purificación de la humanidad, tolerándose el derecho al ejercicio del credo que se desee adoptar, profundizando el principio de la fe, de la esperanza y de la caridad. Reflexiones del grado: ¿Existe el mal y la calamidad para proveer la oportunidad de practicar la virtud? y ¿Tus actitudes y acciones reflejan la fe, la esperanza y la caridad?
B.3 El Consejo de Caballeros Kadosch: 19º Grado: Pontífice o Sublime Escocés, 20º Venerable Maestro de las Logias Regulares, 21º Patriarca Noaquita o Caballero Prusiano, 22º Príncipe del Líbano o Real Hacha, 23º Jefe del Tabernáculo, 24º Príncipe del Tabernáculo, 25º Caballero de la Serpiente de Bronce, 26º Príncipe de la Merced o Escocés Trinitario, 27º Caballero Comandante del Templo, 28º Príncipe Adepto o Caballero del Sol, 29º Caballero Escocés de San Andrés y 30º Caballero Kadosch o Caballero del Águila Blanca y Negra. En resumidas cuentas, estos grados se destinan al conocimiento de la mejor forma de garantizar y luchar por el Derecho, concluyéndose así con el estudio filosófico – doctrinal del Rito. Los grados vivenciales son el 24º y el 30º.
Grado 24º, Príncipe del Tabernáculo: profundiza la necesidad de trabajar por la gloria de la divinidad que se acepta para sí y la felicidad de los hermanos, el poder de la fe, la inmortalidad del alma y la existencia de un Dios que es uno, verdadero, puro y de existencia e intelecto absoluto. Reflexión del grado: ¿Es la doctrina de la inmortalidad del alma un consuelo para ti, una fuente de amenaza y de desesperación o meramente una superstición?
Grado 30º Caballero Kadosch o Caballero del Águila Blanca y Negra: nos motiva a trabajar incesantemente por el bien de la humanidad, a amarse con la fe en un Dios, con el amor hacia los hermanos y a que los grandes ejemplos son la mayor herencia del pasado pues engrandecen a una nación más que la riqueza o el poder. Reflexión del grado: ¿Están obsoletas las virtudes de los Caballeros Kadosch en el mundo moderno?
B.4 El Consistorio: 31º Grado: Inspector Inquisidor y 32º Sublime Príncipe del Real Secreto. Grado englobador del conocimiento doctrinal. Ambos grados son vivenciales.
Grado 31º, Inspector Inquisidor: es un grado destinado al conocimiento del mejor modo de impartir y administrar la Justicia, enseña a juzgarse con la misma luz que juzgas a otros y a considerar tanto las acciones como los motivos, así como a que la justicia y la mesericordia son dos conceptos aparentemente opuestos que se unen en la gran armonía de la equidad. Reflexión del grado: ¿Es ladrón el hombre que roba un pedazo de pan para dar de comer a sus hijos hambrientos?
Grado 32º, Sublime Príncipe del Real Secreto: nos inculca que un soldado de la luz busca la verdad y el conocimiento; un soldado de la libertad exige para el pueblo el voto libre y la libre opinión y obtiene estas libertades para sí mismo; un soldado de la verdadera religión combate la tiranía espiritual con la razón y la verdad; un soldado del pueblo alienta a los hombres a tener confianza en sí mismos y a ser independientes, un soldado de la masonería del R:. E:. A:. y A:., es fervoroso y ardiente en al realización de sus deberes hacia su Dios, su país, su familia, sus hermanos y consigo mismo. Reflexión del grado: ¿Tratas de lograr el Real Secreto en tu vida y en tu interior?
Supremo Consejo: 33º Grado y último: Soberano Gran Inspector General. Instancia legislativa, máxima judicial y ejecutiva del Escocismo. Reflexión del grado: ¿Gobiernas al Escocismo con humildad y sabiduría?
4. El presente
Hoy en día, asumiendo que la masonería es una escuela de vida, en el Escocismo del R:. E:. A:. y A:., se ha iniciado con el estudio aplicativo de una Antropogogía, que es “la ciencia y el arte de instruir y educar permanentemente al ser humano o hermano para el caso que nos atañe, en cualquier período de su desarrollo psico-biológico y en función de su vida natural, ergológica y social”. Así, se está aplicando una estructura de formación y procesos de enseñanza-aprendizaje andragógico y no pedagógico, por cuanto se ocupa de la educación y el aprendizaje de adultos, partiendo del criterio que la “piedra bruta” a ser primero devastada y posteriormente pulida, no ha surgido de la nada y sí, es un algo natural ya dotado como persona de criterio formado, que ha sido y continuará siendo influenciado por el medio psicosocial, económico y cultural que le dio origen. Devastar y pulir la piedra, es por tanto instrumentar los medios masónicos del conocimiento que se imparten con “gradualidad” en la estructura de rituales, a fin de madurar progresivamente en pos de la sabiduría. Así, el hecho único de releer y memorizar las veces que sea el ritual del grado que fuere, sin poner en práctica cuanto captado e internalizado, dista de formarse como masón logrado, quedando anquilosado el hermano tan solo en la categoría de salvaje letrado.
Para finalizar este acápite, permítanme comentarles que en el presente, el Escocismo internacional, se halla esforzado en interpretar la nueva imagen del hombre desde la perspectiva de la vida, del espíritu, de la interioridad y el alma, de la voluntad de justicia, y de la fuerza solidaria de trascendencia fraternal. Es en este contexto, que nuestro Supremo Consejo en fecha 14 de julio pasado, ha sido honrado como sede de la IX Reunión de Soberanos Grandes Comendadores de la América del Sur, a la cual al margen de las máximas autoridades del Escocismo sudamericano, asistirán como observadores invitados los Soberanos Grandes Comendadores de Italia, España, Francia, Bulgaria y Portugal, Siendo este último, el país sede de la siguiente reunión de Supremos Consejos Confederados del mundo a celebrarse en 2015. Justamente, en la reunión a realizarse en Bolivia se tratará de manera conclusiva, aquellas ponencias que a esta reunión mundial, presentará Sudamérica.
5. Reflexiones concluyentes
Al concluir la presente exposición de cuanto adelantado, inferimos que las enseñanzas humanistas de este rito, se orientan al crecimiento integral del iniciado, repercutiendo en una personalidad altamente proclive a un relacionamiento con el prójimo, imbuida en la reciprocidad y comprometida con la responsabilidad social.
En el rito se lucha por que el hombre sea un ser social, determinando su identidad por la conmutación de relaciones afectadas en el tiempo y que posea un sentido tanto de pertenencia como de apertura al encuentro con sus semejantes.
En el proceso de perfeccionamiento se estimula como el sentimiento fundamental, al del AMOR HACIA LOS DEMÁS Y HACIA SÍ MISMO, escalón más elevado en la pirámide de la ley natural, por cuanto, amar no es otra cosa que el desear el bien y contribuir a una buena acción, resultante de cuanto la virtud elige en libertad.
En su fundamento filosófico se puede encontrar a Emmanuel Kant, quien en su análisis de la razón pura, indicó que esta en sí misma, es la libertad, de manera que se debe obrar en bien, acorde a que todo principio de una ley moral o universal guíe a la propia voluntad.
Igualmente, la ética de Aristóteles por su parte, es fundamentalmente una ética de virtud cual disposición habitual y firme en hacer el bien, al punto que para este filósofo, la felicidad no era otra cosa la virtud misma.
Ambas visiones, que la libertad de Kant es a la vez virtud y bien, y la virtud en Aristóteles es a la vez libertad y bien, convergen en la instrumentación del propósito de perfección que lo hacemos nuestro.
Esta alocución histórica y estructural del R:. E:. A:. y A:., nos ha permitido hallar un conjunto de palabras o categorías fuerza que dan razón a cuanto por él se procura. Así están presentes las categorías esenciales de la conciencia, de la ley natural, de la ética, de la libertad y de la responsabilidad.
La conciencia es vista como el núcleo más secreto y sagrado del hombre, en el cual se halla solo con el principio creador, Es a la vez, un juicio de la razón expresado en la capacidad moral que subjetivamente le hace saber a la persona lo que es bueno y malo, y le manifiesta su obligación moral.
La Ley Natural, en la cual siete son los valores fundamentales identificables con la esencia del ser humano y que guardan independencia de la cultura y tradición en la que están insertos: la vida, la amistad, el conocimiento, la belleza, la alegría, la fe, y la racionalidad práctica.
La ética, cuyo discurso solo es válido mediante la razón, es una consecuencia de esta última, ya que dentro de la racionalidad es que se busca descubrir el significado genuino de la realidad humana. Para que se cuente con una acción moral, es necesario que junto a la acción de libre voluntad, haya una elección de libre albedrío. La libertad por lo tanto, no es una acción física sino una cuestión moral.
La libertad, facultad humana de disponer de si mismo, se manifiesta como la capacidad del hombre de autodeterminarse, de asumir la dirección de su vida, y de ejercer esta capacidad en una acción concreta, lo cual lo determina como hombre libre y en cuanto libre, como un sujeto ético. El derecho al ejercicio de la libertad es una exigencia inseparable de la dignidad del hombre, así, en la medida que la persona hace más el bien, se va también haciendo más libre.
La responsabilidad, significa la ejecución reflexiva de los actos, ponderando las consecuencias del bien y del mal en cuanto a alcanzar cuotas mayores de humanización, crecimiento individual y social. En su manifestación colectiva, halla lo positivo en la medida de la existencia de la solidaridad para superar el mal. Visto desde una perspectiva Filosófica, la responsabilidad ética lleva a la sabiduría.
Tengamos presente esta nuestra razón de ser y cultivemos lo noble que hay en nosotros, construyendo desde lo básico nuestro templo interno; neguemos espacio a las lacerantes debilidades profanas como por ejemplo el consumo de alcohol que inadvertidamente pasa de lo moderado a lo desmesurado y que en la realidad, no tiene por razón otra que ocultar nuestra verdadera faz frente a aquella que queremos presentar.
Salud para vuestras almas mis hermanos, fuerza en vuestros corazones y unión en el propósito masónico, que al final del camino podrás gritar al mundo entero …. NO HE VIVIDO EN VANO….