- INTRODUCCIÓN
Este grado, REAL ARCO, es uno de los más antiguos. Efectivamente, un grado de este nombre existía en Inglaterra ya en la primera mitad del siglo XVIII, habiendo sido recibido en él Lorenzo Dermott en1746. Ya se había transportado a los Estados Unidos en 1753.
Sin embargo, la búsqueda o encuentro fortuito que en el mismo se realiza se efectúa, en el anterior grado inglés, en la época de Zerubabel, relacionándose con el segundo templo su ocultación, habiendo acontecido de propósito en la época salomónica. Lo cual no deja de relacionarse lógicamente con la pérdida de la palabra que siguió a la muerte de Hiram, que él mismo pudo haber previamente ocultado en ese lugar secreto y desconocido, en su calidad de Arquitecto del Templo.
En las siguientes versiones francesas, elaboradas en la segunda mitad del mismo siglo y a fines del mismo incorporadas al Rito Escocés antiguo y aceptado, tanto el hallazgo como su previa ocultación varían en el tiempo. Aquélla se efectúa en tiempos de Salomón, después de la muerte de Hiram, y ésta es atribuida al patriarca Henoc, en previsión del diluvio que había de verificarse siglos después.
La verdad es que nuestros mismos tres héroes, Johaben, Stolkin y Adonhiram encuentran, como en el cuento de Aladino de las Mil y una Noches, debajo de las fundaciones del templo y en el propio lugar del Sanctasantórum, una gran piedra de mármol con una argolla metálica.
Evidentemente, ésta tuvo que ser de bronce y no de hierro, tanto por la época como por haber resistido más de dos mil años tradicionales, que en realidad representarían un período de tiempo mucho mayor.
Levantándolo con gran esfuerzo, descubren el secreto pasaje subterráneo que, de una manera más o menos complicada, conduce a una bóveda misteriosa oculta en las entrañas de la tierra, en la que se encuentra, entre otros objetos, la verdadera Palabra, grabada en una piedra de pórfiro blanco, de forma tetraédrica, o bien en un Delta de oro. Dicho hallazgo es expresado por las siguientes palabras latinas, cuyas iniciales se inscriben en el collar del grado: Regnante SaZomone Rege Sapientissimo Thesaurum Pretiosissimum Sub Ruinis Invenierunt Adonhiram, Johaben, Stolkin, Anno Mundi 2995.
En otras versiones del grado al nombre de Adonhiram se le sustituyé el de Zabulon o Jabulom.
Los números que aparecen en este grado, sin caracterizarlo, son 5, 7 Y 9, refiriéndose a la batería, la edad y el número de las luces. Estas últimas recuerdan los nueve nombres divinos (o palabras sustitutas), así como los nueve arcos sosteniendo el Templo de Henoc o Bóveda Sagrada. Por supuesto, el triángulo con el Nombre Inefable, y el escotillón encima de la bóveda, por el cual únicamente puede penetrarse en ella, se recuerdan en el mandil y collar del grado, de color rojo carmesí. Este color es el que, por otra parte, predomina en los adornos distintivos de los grados escoceses, también llamados rojos.
¿Qué es un arco?
- Arco, del latín arcus, es un elemento constructivo lineal de forma curva, que salva el espacio entre dos pilares o muros. Está compuesto por piezas llamadas dovelas, y puede adoptar formas curvas diversas. Es muy útil para salvar espacios relativamente grandes con piezas pequeñas.
- Estructuralmente, un arco funciona como un conjunto que transmite las cargas, ya sean propias o provenientes de otros elementos, hasta los muros o pilares que lo soportan.
- También se llama así a las estructuras construidas actualmente con forma arqueada, aunque sean de una sola pieza, y que, en sus apoyos, funcionan del mismo modo que los construidos con dovelas.
- Una bóveda se genera mediante suma de arcos iguales, adecuadamente trabados, para obtener un elemento constructivo «superficial»; si los arcos son de medio punto la superficie será semicilíndrica.
- Una cúpula se construye mediante conjunción de arcos iguales que se apoyan en una circunferencia.
- DESARROLLO
Explicando a detalle la Historia del grado, adjunto un resumen del mismo:
Enoch, hijo de Jafed, fue el sexto descendiente de Adan, y vivió bajo el temor y el amor de su Creador. Dios se le presentó en un sueño y le habló de esta manera: “Puesto que deseas saber ni nombre, presta atención y te será revelado.” Entonces le pareció ver una montaña elevándose al cielo, y Enoch fue llevado a su cumbre, donde vió una plancha triangular de oro, espléndidamente iluminada, sobre la cual había grabados ciertos caracteres, con prohibición absoluta de pronunciarlos. De repente le pareció descender
perpendicularmente a las entrañas de la tierra, atravesando nueve arcos, y en el noveno y más profundo de todos, vió la misma plancha brillante que se le apareció en la montaña.
Inspirado Enoch por el Altísimo, y para conmemorar esta visión milagrosa, quiso edificar un templo debajo de la tierra, en el mismo punto en que aquélla tuvo lugar, sostenido por nueve arcos, uno sobre otro, y dedicarlo al único Dios verdadero. Matusalem, hijo de Enoch, construyó el Templo, sin conocimiento alguno de lo ocurrido a su padre.
Esto sucedió en aquella parte del mundo que se llamó tierra de Canaan, conocida después por Tierra Santa.
Cuando estuvo concluído el Templo, Enoch recibió el siguiente mandamiento: “Construid una puerta de piedra, con un anillo de hierro para que pueda alzarse, y hacedla colocar sobre la apertura del primer arco, para preservar las joyas preciosas de la destrucción universal que amenaza al mundo.” Así lo hizo; y sólo él conocía el precioso tesoro que contenían los arcos, y sabía pronunciar el nombre grande y sagrado. Creció la maldad entre los hombres y Dios amenazó destruir al mundo.
Temiendo Enoch que pudieran perderse los conocimientos de las artes en la destrucción general, y, deseando conservar los principios de las ciencias, para la posteridad de los que Dios se dignase poner en salvo, construyó dos grandes pilares en la cumbre de la montaña más elevada: uno de bronce para que resistiese al agua; y el otro de mármol, para que resistiese al fuego. Trazó un jeroglífico en la columna de mármol, indicando que había un preciosísimo tesoro escondido en los arcos subterráneos que había dedicado a Dios; y grabó en la columna de bronce, los principios de las artes liberales y particularmente los de la Masonería.
El diluvio tuvo lugar el año de la creación 1656, destruyendo casi todos los soberbios monumentos de la antigüedad. La columna de mármol de Enoch fue destruida en la ruina casi universal, pero por Providencia Divina la columna de bronce resistió al poder de las aguas, y gracias a esto, el conocimiento de las artes liberales y la Masonería de aquella época han llegado hasta nosotros.
También nos dice la Sagrada Biblia que Moisés era querido de Dios y que el Altísimo le habló sobre el monte Sinaí, Dios comunicó a Moisés su Ley Divina, escrita sobre dos tablas de piedra, prometiéndole una nueva alianza. También le prometió que la verdadera pronunciación de su nombre sería encontrada por uno de sus descendientes y grabada en una plancha de oro. Entonces fue cuando Moisés replicó: “¿Quién sois vos?” y dijo Dios: mi nombre verdadero, y quiere decir: “Yo soy lo que soy y lo que seré.
La misma historia nos informa minuciosamente de los movimientos de los Israelitas, hasta llegar a la tierra prometida; y también de los hechos que acaecieron, hasta que la Divina Providencia puso el cetro en manos de David, que, aunque en la firme resolución de erigir un Templo al Altísimo, no pudo nunca empezarlo, estando reservado a su hijo tan alto honor.
Empezó Salomón a fabricar dicho Templo en el cuarto año de su reinado, según un plano que le dio David, su padre, el cual era conforme al Arca de la Alianza. Os habéis informado por la historia de los grados que tenéis recibidos y por la muerte violenta de nuestro muy respetable Maestro Hiram, que el Templo de Salomón fue obra de la Fraternidad, si bien se os han omitido algunos particulares.
No había entonces ningún viviente calificado para entrar en esta Bóveda. La muerte de Hiram rompió la tradición por algún tiempo: y como era preciso buscar tres hombres, reuniéronse algunos Intendentes del edificio, Caballeros, Elegidos y Grandes Maestros Arquitectos, que conocían el lugar secreto y solicitaron de Salomón la honra de ser admitidos. El Monarca les contestó: – “Hermanos míos, no puedo concedéroslo ahora.- Dios os permitirá algún día conocer el secreto que buscáis.”
Mientras Salomón estaba indeciso a quien escogería, determinó construir un edificio de Justicia, en el lugar donde estaba el antiguo Templo de Enoch. Con tal objeto ordenó que las columnas destruidas y los escombros fueran removidos, y mandó a Adoniram con Johaben y Stolkin que midieran la tierra, y pusiesen los cimientos del edificio. Empezaron a romper las columnas y a poco descubrieron un anillo grande de hierro, fijo a una gran piedra perfectamente cuadrada. Con mucha dificultad la levantaron y hallaron la entrada de una caverna profunda y tenebrosa. Como propusiera Johaben descender con una antorcha, se le ató una cuerda a la cintura, y para facilitar su regreso, dijo que cuando él tirase con violencia de la cuerda, le suspendiesen inmediatamente. Descendió y pronto se halló en una bóveda arqueada, en cuyo suelo había otro anillo como el de arriba; levantólo y vio una abertura secreta, por la cual bajó también, y del mismo modo llegó a un tercer piso.
Encontrándose ya fatigado, y con la antorcha casi extinguida, tiró de la cuerda. Al llegar arriba informó a los compañeros de lo que había descubierto, Stolkin propuso entonces descender, y al llegar al tercer piso encontró otro anillo como los anteriores: de éste bajó, de arco en arco, hasta llegar al sexto; mas viendo que su antorcha se apagaba, tiró de la cuerda del mismo modo que lo hizo Johaben, y sus compañeros le alzaron inmediatamente. Adoniram bajó llevando una antorcha en la mano. Cuando hubo llegado al noveno arco, cayó repentinamente una porción de piedra y mezcla; apagase la luz, y entonces descubrió en medio de un aposento un pedestal triangular de alabastro blanco,
hueco, muy iluminado interiormente por un fuego inextinguible, sobre el cual había un cubo de ágata, en uno de cuyos lados estaba enterrada una plancha de oro, incrustada con piedras preciosas, que brillaban a la luz: y en el centro aparecía esmaltado el nombre inefable de Dios, como lo había escrito allí el Patriarca Enoch. Resolvieron llevar el tesoro a Salomón y al Rey de Tiro. Después que subieron con el cubo de ágata, cerraron perfectamente la entrada y se dirigieron al Palacio de Salomón, a quien encontraron con el Rey de Tiro y le presentaron el tesoro precioso que habían hallado.
Jamás mortal alguno pudo descubrirlo, pero seguramente ahora se ha encontrado, y podemos mostrar al mundo quiénes son los que por su mérito distinguido se han hecho dignos de recibirlo, pues es, sin duda, la verdadera palabra del Masón y el nombre genuino del G.·. A.·. D.·. U.·., sólo conocido por mí, por vos y por nuestro difunto H.·. Hiram Abi.
Los dos Reyes, acompañados de los tres Caballeros, descendieron con el tesoro, por la vía oculta, al través de nueve arcos, hasta llegar a la bóveda secreta. Allí trabajaron juntos con los brazos desnudos, e incrustaron la plancha de oro sobre el pedestal de la columna de la Hermosura, habiéndose juzgado muy felices por haberse empleado en gloriosa obra. Concluida ésta, postráronse ante el Gran Arquitecto del Universo, elevándole preces, adoraciones y homenajes por el favor con que los colmaba, y cambiaron el nombre de Bóveda Secreta por el de Bóveda Sagrada.
Los Maestros recién elegidos prestaron una obligación solemne ante Dios de no pronunciar jamás, abiertamente, la palabra sagrada, y de no admitir a este Gr.·. sublime a ningún Masón que no hubiere dado pruebas de amor sincero a la institución y de usar siempre la misma ceremonia para conmemorar el hallazgo misterioso del divino nombre, según lo hizo el Patriarca Moisés.
Un pequeño número de maestros se disgustó con la negativa de ser admitidos en el grado y determinó marchar a las antiguas ruinas a registrar debajo de la tierra, esperando encontrar los méritos necesarios para lograr sus deseos. Con este objeto, unos veinte partieron a la mañana siguiente para las ruinas: descubrieron el anillo de hierro, por medio del cual levantaron la piedra cuadrada, y encontraron la entrada de los arcos. Prepararon inmediatamente una escalera de cuerda, y bajaron con antorchas encendidas; mas no bien hubo llegado el último, cuando se oyó una gran detonación: la tierra tembló en todo
su derredor, el ruido se oyó en casi toda la ciudad, y los arcos se derribaron, sepultando a los ilusos. Se supone que habiendo tocado al noveno arco y encontrado el pedestal luminoso, creyeron que contenía riquezas inmensas, y lo hicieron pedazos: que la luz que contenía se inflamó y, extendiéndose por la bóveda, causó la explosión que les produjo la muerte.
Llegó a oídos de Salomón tan terrible calamidad, y envió a Johaben, Stolkin y Adoniram a informarse más minuciosamente de lo ocurrido. Partieron al romper el día, quedando asombrados del aspecto extraño que ofrecía el lugar. No había quedado nada de los nueve arcos: no se veía más que escombros, ni podía averiguarse si alguien logró escapar de la destrucción. Luego hizo limpiar y rellenar el lugar en el cual construyó más
adelante el Templo proyectado.
Tal es, queridos HH.·., la leyenda o historia de este grado, y os exhorto a que meditéis sobre la grandeza de sus misterios. Aun no habéis llegado al término de nuestra sabiduría, la cual sólo podéis alcanzar con vuestro celo, fervor y perseverancia.
- INTERPRETACIÓN
La Columna de bronce que sobrevivió al Diluvio es nuestra ORDEN en cuyos Templos se propagan las Ciencias y las Artes y se desarrollan los gérmenes del Honor y la Virtud que existen en el ser humano.
En el último de los Grados intermedios, el 13º, se enseña y se justifica, que ninguna religión tiene el monopolio de la VIRTUD; porque cada una es una interpretación que niega a las otras creencias el derecho natural, de la Libertad de Conciencia. Aquí se aprende el esotérico significado del Delta Luminoso.
Con la parábola de Henoch nos dice la Francmasonería que a Dios le adivina la intuición, le comprende el pensamiento, y la conciencia le levanta el Santuario en el más recóndito del Alma.
Nadie puede llegar a Él de otra manera y aún menos decir cuales son sus atributos; porque es sensible para la inteligencia e impalpable a los sentidos.
El significado de Arco Real en masonería:
- Significa el paso de la Masonería de la Escuadra, que trabaja sobre líneas rectas, a la Masonería del Arco o de la Cúpula, que trabaja sobre curvas. Lo que es análogo a pasar “de la escuadra al compás”.
- “Real” no en el sentido de “monárquico”, sino de regio, de brillante, de elevado.
- CONCLUSIONES
La aplicación de estos fundamentos a la plurinacionalidad de Bolivia mediante el honor que tenemos de pertenecer al grado, y el deber que tenemos mediante el grado se resumen en los siguientes puntos:
- Analizar las nociones filosóficas que la humanidad ha elaborado, a través de toda la riqueza cultural y la diversidad de la misma en todo el espacio geográfico de Bolivia.
- Hacer avanzar las artes y las ciencias.
- Trabajar para desterrar la intolerancia religiosa.
- Fomentar la libertad de expresión en general y la libertad de cultos en particular.
- Llevar a la práctica la máxima “Nosce te ipsum” (“Conócete a ti mismo”).
- Penetrar en las bóvedas más profundas del inconsciente.
Ver de ser un aporte, y no buscar las riquezas o el conocimiento de manera equivocada ya que eso nos generará la destrucción de nuestro templo interior y por consiguiente fuertes remordimientos y cargas de conciencia que no podremos olvidar o borrar para seguir con nuestro avance espiritual.
Carlo Patrick Zenzano Arnez
Grado XIV
Camp.·. de Cochabamba, 17 de Febrero de 2021 e.·.v.·.
- BIBLIOGRAFÍA
Adoum Jorge Enrique | EL MAESTRO DE LOS NUEVE, 2012, Editorial Kier, Argentina. |
Arus y Arderiu Rosendo y Frau Abrines Lorenzo | DICCIONARIO ENCICLOPÉDICO DE LA MASONERÍA, 1995, Editorial del Valle de México, México. |
Lavagnini Aldo | LA MASONERÍA REVELADA MANUAL DEL GRAN ELEGIDO EXCELENTE Y PERFECTO MASÓN ESTUDIO INTERPRETATIVO DE LOSGRADOS MASÓNICOS 1992, Editorial Kier, Argentina. |
Supremo Consejo del Grado XXXIII para la República de Bolivia | LITURGIA DEL GRADO XIV, 2014, Edición Reservada, Bolivia. |
André Cassard | GRADO TRECE – REAL ARCO www.upasika.com |